Excursiones de Mario Lopez

Este es un espacio destinado a la difusion de la caminata o trekking, como una actividad deportiva y como un medio para conocer lugares naturales.

miércoles, 22 de octubre de 2008

El bosque encantado

En las serranías al norte de Lima, precisamente en la Cordillera Raura y cerca del simpático pueblo de Oyón, se encuentra un lugar colmado de belleza y esplendor, un bosque a más de 4000 metros de altitud y que esta conformado por una de las especies más singulares del reino vegetal: el queñual. Efectivamente, esta especie es una maravilla botánica, pues esta adaptado a vivir en las alturas en donde ninguna otra especie arbórea subsiste por las condiciones climática. Este imponente árbol que aquí puede alcanzar algo mas de 10 mts de alto posee singularidades exquisitas para vivir en esos parajes. Su forma retorcida y su ancha copa le permiten captar la humedad proveniente del medio ambiente y de la abundante niebla que por épocas cubre las altitudes andinas. No solo eso, también protegen al tronco del severo viento que por momentos desola la puna. Este tronco puede llegar a tener un diámetro de hasta mas de un metro y medio.
Sus raíces, profundas y expansivas, se introducen en el terreno, con frecuencia de ladera, para aprovechar al máximo las corrientes subterráneas de agua. Sus hojas también presentan adaptaciones, son pequeñas y redondeadas, algo duras y poseen una recubierta cerosa que impide que se evapore el agua acumulada en las mismas a propósito del fuerte sol y la radiación en esas altitudes. Por otro lado tienen una fina vellosidad que las protege del frio gélido de la puna. Sus flores son pequeñas y de tonos amarillos, vivaces y atractivas para los insectos. Además sus pétalos y sépalos son algo duros y rígidos, muy a propósito como para defenderse del viento, la lluvia y el granizo que también puede ser muy fuerte e inesperado en esos parajes. No obstante, lo mas notable de este árbol es su corteza, rojiza y deleznable, a manera de una pasta de hojaldre, la que esta constantemente renovándose y desprendiéndose del árbol. Sin embargo mientras esta en el tronco le sirve a este con la misma utilidad que para nosotros seria una casaca cortaviento, vale decir evitar que las fuertes corrientes heladas lleguen al tronco del árbol. Además, al desprenderse del mismo y caer al suelo alrededor del árbol, la corteza se convierte en musgo y termina convirtiéndose en alimento y abono. Vale decir que el árbol produce sus propios nutrientes en un suelo que por la aridez y las rígidas condiciones climáticas es bastante pobre.
En torno al queñual se desarrolla todo un ecosistema. Entre los árboles del bosque crecen otras especies vegetales como gramíneas, orquideas, bromelias y otras. En las grietas de su corteza se condensa la humedad que hace generar diversos tipos de musgos y hongos que a su vez atraen a diferentes variedades de insectos y otros artrópodos. Estos a su vez son codiciados por un sinnúmero de aves que se alimentan de ellos. Algunas dependen exclusivamente de aquellos para subsistir. Los colibríes polinizan sus flores, mientras las tórtolas anidan entre sus intrincadas ramas. También algunos mamíferos buscan refugio debajo de su retorcida copa, especialmente pequeños roedores que a su vez atraen a algunos depredadores como zorros y zorrinos.Definitivamente el queñual es una especie valiosísima en el ecosistema de las altas quebradas andinas, al pie de los glaciares. Sin embargo, el hombre ha hecho retroceder tanto a este noble árbol que esta en franco proceso de desaparición. Solo quedan algunos bosques relictos en algunos sitios de nuestra cordillera como el Bosque de Yahui, en las alturas de Oyón.


















































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