¡¡¡Que tal amigos¡¡¡... Este último fin de semana aprovechando los feriados APEC enrumbamos hacia Oxapampa y Pozuzo para gozar de los excelentes paisajes y la naturaleza de nuestra Selva Central, así como la amabilidad de sus pobladores.
Fuimos 51 personas, en verdad un grupo muy grande. El mayor de los asistentes fue el doctor Carlos Flores y la participante con menos edad fue la pequeña Valeria Villafuerte con apenas 5 añitos, así que tuvimos participantes de diferentes edades por lo que conformamos un gran grupo, variopinto y diferente, con un común denominador, los deseos de todos de disfrutar de esas cortas vacaciones y estar en contacto con la naturaleza. La buena voluntad de los participantes fue lo más resaltante, pues a pesar de las inesperadas dificultades que se presentan en un viaje de este tipo, la conducción del grupo se llevo a cabo tratando de que cada uno de los viajeros la pase lo mejor que se pueda.
Creo que hubo de todo en este viaje, no solo momentos placidos sino también algunos ratos difíciles, sobre todo cuando se trato de tomar nuestros alimentos. Por mas que tomamos precauciones desde Lima para que este aspecto se desarrolle mejor, siempre hubo retrasos al respecto, aunque la verdad es que es difícil atender a todos a la vez, y una vez mas me di cuenta de que con la comida no se juega y el hambre transforma hasta a los amigos…en fin, será un punto a mejorar para nosotros. También fue álgido el momento en que una de nuestras camionetas se quedo atascada en el barro. Si bien es cierto que cada uno quería aportar la solución y no había tanto acuerdo al respecto, sin embargo resalto el espíritu colaborador de quienes no les intereso embarrarse y se “arrojaron” a la piscina de lodo tratando de sacar la camioneta de ese atascadero. Ahí se noto el espíritu de grupo que convocamos desde antes de emprender nuestro periplo.
También resalto la buena voluntad de todos, de confraternizar y hacer nuevas amistades. Estos viajes son propicios para conocer y encontrar amigos que muchas veces perduran en nuestras vidas. Las personalidades de cada uno de ustedes fueron evidentes y es lo que enriqueció esta corta vivencia. Quedan momentos puntuales en nuestras mentes…observar los gallitos saltando encima de nuestras cabezas, el arroyo crecido en nuestra visita a la casa antigua , la fuerte lluvia que cayo durante el primer almuerzo, las largas conversas cada vez que el grupo se sentaba a la mesa, las dos noches toneras, en fin… les estamos muy agradecidos a todos por haber aportado eso, con lo mejor de sus voluntades, que hicieron de esta aventura un periplo que perdurara en nuestras memorias…de nuestra parte, seguiremos esforzándonos para mejorar y ofrecerles mejores excursiones para su deleite y disfrute…¡¡¡ HASTA LA PROXIMA AVENTURA AMIGOS¡¡¡
Fuimos 51 personas, en verdad un grupo muy grande. El mayor de los asistentes fue el doctor Carlos Flores y la participante con menos edad fue la pequeña Valeria Villafuerte con apenas 5 añitos, así que tuvimos participantes de diferentes edades por lo que conformamos un gran grupo, variopinto y diferente, con un común denominador, los deseos de todos de disfrutar de esas cortas vacaciones y estar en contacto con la naturaleza. La buena voluntad de los participantes fue lo más resaltante, pues a pesar de las inesperadas dificultades que se presentan en un viaje de este tipo, la conducción del grupo se llevo a cabo tratando de que cada uno de los viajeros la pase lo mejor que se pueda.
Creo que hubo de todo en este viaje, no solo momentos placidos sino también algunos ratos difíciles, sobre todo cuando se trato de tomar nuestros alimentos. Por mas que tomamos precauciones desde Lima para que este aspecto se desarrolle mejor, siempre hubo retrasos al respecto, aunque la verdad es que es difícil atender a todos a la vez, y una vez mas me di cuenta de que con la comida no se juega y el hambre transforma hasta a los amigos…en fin, será un punto a mejorar para nosotros. También fue álgido el momento en que una de nuestras camionetas se quedo atascada en el barro. Si bien es cierto que cada uno quería aportar la solución y no había tanto acuerdo al respecto, sin embargo resalto el espíritu colaborador de quienes no les intereso embarrarse y se “arrojaron” a la piscina de lodo tratando de sacar la camioneta de ese atascadero. Ahí se noto el espíritu de grupo que convocamos desde antes de emprender nuestro periplo.
También resalto la buena voluntad de todos, de confraternizar y hacer nuevas amistades. Estos viajes son propicios para conocer y encontrar amigos que muchas veces perduran en nuestras vidas. Las personalidades de cada uno de ustedes fueron evidentes y es lo que enriqueció esta corta vivencia. Quedan momentos puntuales en nuestras mentes…observar los gallitos saltando encima de nuestras cabezas, el arroyo crecido en nuestra visita a la casa antigua , la fuerte lluvia que cayo durante el primer almuerzo, las largas conversas cada vez que el grupo se sentaba a la mesa, las dos noches toneras, en fin… les estamos muy agradecidos a todos por haber aportado eso, con lo mejor de sus voluntades, que hicieron de esta aventura un periplo que perdurara en nuestras memorias…de nuestra parte, seguiremos esforzándonos para mejorar y ofrecerles mejores excursiones para su deleite y disfrute…¡¡¡ HASTA LA PROXIMA AVENTURA AMIGOS¡¡¡